Cae una gota de sudor

Por: Margarita Rosa Ortega Sáchica

Fecha de publicación: Diciembre 8, 2023.

Comisión corográfica de colombia. Arriero i tejedor de Vélez (fragmento). 1850. Biblioteca Nacional


En la escena: dos tazas y una cafetera italiana. 

Hay varias hieleras y hielos derritiéndose a su alrededor 

Cuatro plantas grandes, 2 pequeñas y una matera vacía. 

Hay unas botellas de colores, son de otras personas, se disponen en el espacio aleatoriamente. 

Lo que nos convoca es la transformación. 

En escena todo es transformable, sumergible y laxo. 

En la escena estás tú y también estoy yo. 

Hay un silencio contemplativo, moverse es notorio /igual nadie nos ve/ 

El suelo es blanco, artificial, está plastificado y es frío. 

Tus  plantas de los pies están húmedas, las mías no. 

Algo se va filtrando en el espacio, 

El tiempo destilando la presencia de algo que va ocurriendo en la composición de los objetos, el olor del café que nadie se ha tomado, y los recuerdos inconexos que emergen vaporosamente. 

Se oye como lo que se oye cuando se está debajo del agua, 

Remolinos que humectan y densifican los cuerpos, los movimientos.

¿Y si nos sumergimos? 

Te propongo una escucha L

          I

          Q

          U

          I

          D  

          A  

Que caiga, 

Que se resbale dentro de ti mi voz y nos inundemos de silencios incómodos, y argumentos absurdos, miradas salvavidas y sonrisas tímidas.. 

Que la lágrima de tu ojo izquierdo humedezca el oído y se afine la voz de tu mirada de montaña. 

Tengo  S E D 

¿De qué tengo sed? 

Ahí está el café que prometimos; (la casa está en el café y en el café está la casa) 

el vapor se quedó en las ventanas… 

Podríamos dibujar algo con los dedos y que en los dedos se quedé una gota que decides no limpiarte en tu pantalón.

 

Parece congelarse el momento, procuro no anticipar su solidez ni su color, 

Me pierdo en lo que fue antes de estar tan frío y tan sólido 

Tú en cambio te riegas, 

Sobre todo, cuando haces esos saltos de celebración y caminas como si flotaras

Todas las cosas están haciendo algo en este momento

Todas están pasando saliva sin darse cuenta y todos van sudando incómodos y placenteros

Todos los charcos desaparecen luego de un tiempo 

Y todos los ríos se mueven

¿Quién quiere acompañarme en esta escena de transformación? 

Que me acompañe el que quiera. 

El que, aunque con miedo a ahogarse en el sin sentido, sepa que hay un secreto misterioso detrás de cada gota de instante. La que asegura que su sangre es verde y su ombligo es terrestre. El que recorra lento con su mirada el espacio entre las nubes un martes por la mañana… 

Seguimos con el ritual 

¿Cómo se siente un hielo resbalándose del cuello a tus lumbares? ¿Va lento? Por favor dime meticulosamente cómo se siente.

¿Si fueras un río cuál serías? (O inventémonos un nombre, si prefieres). 

¿Qué árboles cerca de tu casa tienen sed? 

Tus plantas de los pies son plantas. Eso no es una pregunta. 

Las palmas de tus manos son palmas. Eso tampoco es una pregunta. 

¿Por qué no me derrito por nada si todo se está derritiendo? 

Esta pregunta me hizo llorar 

Y ¿a ti qué te hace llorar? 

Una amiga cuando era pequeña se orinó de la risa, se bajó los pantalones y salía agua amarilla de su cuerpo, era un chorro alegre, contundente y sin vergüenza. Los orines no deberían dar vergüenza. Hay personas que en los desiertos beben orines porque no hay agua. ¿Qué les pasó a las nubes de los desiertos que no hacen agua? ¿A dónde se fueron? ¿Todo se volverá un desierto alguna vez? Ir al desierto es ir a conocer la sombra, es ir a verse entera. 

Este texto se escucha como susurro en todo el espacio. 

Las plantas reverberan. 

El café se enfrió. 

No escuchas este texto como si cada palabra tuviera la calma de las lagunas, lo escuchas con la fuerza de la cascada, porque tus orejas siempre han sido dos cascadas; tus manos son otra cosa, son la lluvia al atardecer y tus ojos son del páramo. 


T O D O 

S E 

    I 

      E

         G 

            A

Nos regamos, nos desbordamos, nos derretimos, nos inundamos. 

En la escena entra un cuerpo. Soy yo. 

Camino lento, todo se va desvaneciendo y ya no sabes si entraste tu o entre yo, o somos todos en escena. 

La lengua de todos es plateada, como las hojas del yarumo, y también como el mercurio. 

¿En qué partes del cuerpo está el mercurio? 

De pequeña rompíamos los termómetros para jugar con el mercurio y ver su liquidez espesa en las manos, su cualidad impermeable y abarcable. Recuerdo haber regado el mercurio en la fuente cerca de casa. Me quedaba viéndola y escuchándola por horas, parecía una desembocadura muy mesurada, pero lograba generarme un mareo adictivo y meditativo. Era un conjuro. ¿cuál es el embrujo de las aguas plateadas? ¿cómo devolver todo el mercurio a los termómetros o a donde pertenece? Habría que hablar del petróleo, de este computador en el que escribo esto, del plástico del bolígrafo que usé hace un minuto y del cepillo de dientes que usamos todos, todos los días. 

C A E   U N A  G O T A  D E  S U D O R 

Esa es la señal de que la escena está en su pico más alto, el clímax, hay calor. 

                      o

      por

        eva

        

  Me

Soy finita, me voy agotando, 

                                                  soy finita, voy empujando, 

                                                                                                Soy finita. Transformo todo. 

Está todo desordenado en la escena. Todo se ha movido y todo parece igual. 

No somos los mismos. 

Nos envuelve una atención de neblina, espesa, lenta.

Nos vemos, 

Somos cuerpos de agua. 

Se apagan las luces, pasas saliva, y nadie se va, porque no hay otro lugar para ir. 

Estamos en casa. La única que conocemos. 


Margarita Rosa Ortega Sáchica es psicoterapeuta sistémica con perspectiva ecológica y somática, ha trabajado en el diseño de experiencias dialógicas y corporales en la atención y cuidado de la salud mental en diversos contextos sociales. Es investigadora del cuerpo y recientemente de la relación del arte, el cuerpo y la naturaleza. Certificada por Efecto Mariposa y Schumacher College en el año 2017 y es Cofundadora de Fuerza Natural Colombia, organización dedicada a la creación de espacios sensibles para la conexión humana y no humana. Sus publicaciones han sido reflexiones críticas sobre la importancia del universo emocional en las prácticas terapéuticas, la ética terapéutica frente a la construcción de subjetividades en tiempos de crisis ecosocial y la enfermedad corporal desde una perspectiva no antropocentrista. Actualmente reside en Madrid, y está culminando un máster de Humanidades Ecológicas de la Universidad Autónoma de Madrid.


Para citar: Ortega-Sáchica, Margarita Rosa. “Cae una gota de sudor.” Signatura, vol. 2, Diciembre 8, 2023, URL: https://www.humanidadesambientales.com/signatura/120823-v2-ortega

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