Propietario
Por: Edith Galarza
Fecha de publicación: Noviembre 1, 2025
Propietario
Mis vecinos nuevos
decidieron sacar la enredadera
que desde hace quince años
cubre por completo las paredes de mi patio
y las de otros vecinos.
Hablamos.
La belleza.
La generosidad de esta planta
que tiene la raíz de su lado de la pared
y extiende el follaje en las paredes vecinas.
También crece hacia el cielo erguida sobre sí misma
y da intimidad a nuestras casitas
a veces demasiado cercanas.
Ayer serruchó el tronco principal y sacó la raíz de la tierra.
Cortó la planta exactamente en el borde de la medianera
el límite de su propiedad.
Ahora la trepadora
extendida sobre las paredes de las casas vecinas
se ha quedado sin conexión con la tierra.
Los próximos días iré viendo morir lentamente a esta planta
que fue testigo de nuestra vida todos estos años.
Cuando comenzó a asomar de este lado del muro
decidí ofrecerle agua sobre la pared de ladrillos
y así se fue viniendo día tras día
hasta cubrir por completo mi patio.
Vivo en un desierto.
Aquí una planta es un regalo.
Algo que se cuida y se agradece.
Solía regarla por las noches.
Recorría las paredes con la manguera
hasta que todas sus hojas estaban
mojadas y brillantes.
Me pregunto cuánto tardará en morir.
En soltarse de los ladrillos y caer.
Obcecada, la riego sobre la pared como siempre.
Pienso si habrá alguna forma de sobrevida para ella.
Se alivia un poco. Luego vuelve a su agonía.
Jamás echó una raíz de este lado.
Nunca un gajo.
Pero sí toda la gama de verdes, hojas de distinto tamaño, ramas y frutos.
Perenne. En invierno sus hojas gruesas de un verde oscuro casi negro
soportaban las finas capas de hielo.
Luego renacía fortalecida.
Lanzaba ramas nuevas largas y delgadas con hojas pequeñas y tiernas
que con ansia expansiva seguían estirándose por las paredes.
Tiene un esqueleto fuerte
que se extiende como si fueran venas sobre la pared.
Cuando se caigan todas las hojas, quedará aferrado y desnudo
o tal vez, se desplome vencido.
Crecía salvaje.
Me gustaba su desmesura.
Tenía yo una pequeña selva en mi patio.
Mis amigos la conocen como conocen a mi perro.
Una presencia en mi casa.
Los reflejos verdes del comedor a través del ventanal.
Hago consultas desde ayer.
¿puede una planta sobrevivir sin su raíz?
Sé que no es posible.
Se irán secando las hojas
volviéndose quebradizos los tallos.
En unos días aparecerán los ladrillos
que la planta fue cubriendo por completo en estos años.
Cuando crecían los hijos.
Mientras colgaba la ropa.
En nuestro descanso del sol.
Era mi lugar para mirar el cielo.
Buscar tu estrella. Hablarte.
Porque en ese lugar del patio
al mirar hacia arriba, solo se veía el follaje y el cielo
algo difícil en la ciudad.
La planta hizo que mi patio
fuera visitado por pájaros todas las mañanas.
Cantaban cerca de las ventanas
tomaban el agua de sus hojas.
Hoy los escucho desconcertados
se llaman, se alborotan ante la novedad.
Ella que había sido plantada del otro lado de la pared
se fue a vivir la vida a la casas vecinas
y en la mía se instaló.
Ensayamos procedimientos de emergencia
cortes, bajadas a tierra, trasplantes, extranutrición.
Mi perro olfatea que algo extraño sucede en el patio.
Busco información: ficus pumila
Leo como hacer esquejes.
Los amigos me envían videos de jardinería.
Se acercan a evaluar la situación.
No encuentro como hacer vivir una planta sin raíces.
No busco ninguna metáfora en esto.
No la necesito.
No hay artificio aquí,
ni más profundidad que lo que tengo ante mis ojos
en este comienzo del invierno
casi llegando al wiñoy xipantv,
mi planta se muere.
Tienen un hijito y un perro guardián.
¿Miraba tu niño mientras cortabas, cuando sacaste la raíz?
Y cuando me contestaste que era mi responsabilidad
haberla dejado crecer de mi lado.
Propietario.
Edith Galarza: Escribe poesía y experimenta con fotografía, videoarte, instalaciones y artes electrónicas. Es Abogada, Diplomada en Escritura Creativa, en Humanidades Ambientales en el cruce del Arte y la Tecnología y en Derecho Ambiental. Publicó varios libros. Su práctica creativa se desarrolla en torno a la relación sensible con las plantas y al cuidado de la biodiversidad desde una cotidianeidad intercultural y feminista.
Para citar: Galarza, Edith. “Propietario” Signatura, vol. 5, noviembre 1, 2025 URL: https://www.humanidadesambientales.com/signatura/110125-v5-propietario